Polvos Mágicos

Queridos amigos, quiero compartir el siguiente relato redactado por prima Carolina, quien se ha esmerado en aprender los secretos de la pastelería. Esto solo podría haber sucedido por medio de la magia ... de los Cupcakes.


Dicen que la  pastelería es una ciencia exacta y yo era una de las tantas personas que no lo creía. Para mi, simplemente, toda cocina era mágica.

La Pao, siempre estaba alegando y trasmitiendo que para hacer dulces tentaciones debía tener todos los materiales en cantidades exactas – ni un gramo más ni un gramo menos – porque era el único modo de obtener un resultado perfecto; y yo siempre me reía de ella comenzando una discusión del tipo:

- ¿Sabes cocinar?
- Sí, tienes que ir viendo la masa y esta te va a decir lo que falta.
- No Caro, si le falta un gramo de polvo de hornear no te va a quedar bien…

Y yo, me reía y me burlaba. Para mi toda cocina era mágica y cuando eres una buena bruja invariablemente encontraras la pócima justa. Eso, hasta que por las vueltas del destino llegaron a nuestras manos unos pastelitos hermosamente decorados que se convirtieron en nuestro granito de amor para el mundo (otro día les cuento por qué) y que me demostraron la importancia que puede tener una pizca de polvo de hornear.

Para variar estábamos en la cocina y acompañaba a la Pao en su ritual de trabajo. Por fin me sentía preparada para el desafío, hornear mis primeros Cupcakes. Todos los ingredientes estaban en la mesada; harina, azúcar, huevos, leche, mantequilla, vainilla y polvos de hornear. Entonces, tomando el mando de la preparación comencé a juntar, batir y mezclar cada uno de los ingredientes, pero olvide los polvos mágicos y mis pastelitos que debían despertar al calor del fuego se durmieron para siempre.

Cuál sería mi decepción al verlos tan pequeñitos, mi frustración al no lograr lo que deseaba con todo mi corazón. Ahora era la Pao la que se reía de buena gana, pero me dijo algo muy cierto “nunca más se te van a olvidar”. Desde ese día, aprendí tres cosas:

1.- La pastelería es mágica, pero la magia no llega sola y cada ingrediente es imprescindible para que el conjuro final se cumpla.
2.- Siempre vuélvelo a intentar.
3.- Nunca volver a burlarme de una bruja.

¡Gracias Caro! Las puertas de mi cocina y de mi corazón están abiertas para ti. 

Pao

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